El ejercicio regular es fundamental en todas las etapas de la vida, y la tercera edad no es una excepción. Mantenerse activo físicamente en esta etapa de la vida trae consigo una serie de beneficios para la salud y el bienestar general.
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En este blog compartiremos consejos prácticos sobre cómo hacer ejercicio de forma segura y efectiva. Descubre cómo mantener un estilo de vida activo y saludable sin comprometer la seguridad.
Consulta con tu médico
Antes de comenzar cualquier programa de ejercicio, es importante consultar con tu médico. Un profesional de la salud podrá evaluar tu estado físico y recomendar las actividades más adecuadas para ti, considerando cualquier condición médica existente.
Elige actividades de bajo impacto
Las actividades de bajo impacto son ideales para la tercera edad, ya que son suaves para las articulaciones y reducen el riesgo de lesiones. Algunas opciones recomendadas son caminar, nadar, hacer yoga, realizar ejercicios acuáticos o montar en bicicleta estática.
Calentamiento y estiramientos
Antes de comenzar cualquier actividad física, realiza un calentamiento adecuado para preparar los músculos y articulaciones. Esto puede incluir caminar a paso ligero durante unos minutos o realizar movimientos suaves. Después del ejercicio, no olvides estirar para mejorar la flexibilidad y prevenir la rigidez muscular.
Escucha a tu cuerpo
Es importante escuchar las señales que te envía tu cuerpo durante el ejercicio. Si sientes dolor, mareos, falta de aire o malestar inusual, detente y descansa. No te exijas más de lo necesario y evita el sobreentrenamiento.
Incorpora ejercicios de fortalecimiento muscular
El fortalecimiento muscular es esencial para mantener la funcionalidad y prevenir la pérdida de masa muscular relacionada con la edad. Realiza ejercicios de fortalecimiento, como levantamiento de pesas livianas, uso de bandas elásticas o ejercicios de resistencia corporal, dos o tres veces por semana.
Mantén una buena hidratación
Beber suficiente agua es crucial durante el ejercicio, especialmente en la tercera edad. Mantén una botella de agua a mano y asegúrate de hidratarte antes, durante y después de la actividad física.
Escoge el momento adecuado
Elige el momento del día en el que te sientas más enérgico y cómodo para realizar tu rutina de ejercicio. Si tienes problemas de sueño, evita hacer ejercicio demasiado cerca de la hora de acostarte, ya que puede interferir con tu descanso.
No descuides el equilibrio y la coordinación
Incorpora ejercicios específicos de equilibrio y coordinación en tu rutina. Estos ejercicios, como pararse en un solo pie o realizar movimientos lentos y controlados, ayudan a prevenir caídas y mejorar la estabilidad.
Aumenta la intensidad gradualmente
Si estás comenzando un programa de ejercicio, comienza lentamente y aumenta la intensidad gradualmente con el tiempo. Escucha las señales de tu cuerpo y no te presiones para progresar más rápido de lo que tu condición física te permita.
Al seguir estos consejos prácticos, podrás disfrutar de los beneficios físicos y emocionales que proporciona la actividad física, al tiempo que aseguras una práctica segura y efectiva. Recuerda que cada persona es única, por lo que es importante adaptar los ejercicios a tus necesidades y capacidades individuales. ¡No hay límite de edad para mantenerse activo y en forma!
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