El colectivo de personas mayores se convierte en el grupo de edad más vulnerable de la población si nos referimos a cuestiones de robos, hurtos, estafas y delitos similares.
Son un colectivo vulnerable, con tendencia a ser personas confiadas, sin problemas en hablar con todo el mundo sobre su día a día y sus familiares y que viven solas en casa en un porcentaje muy elevado. Según datos de los cuerpos de seguridad del estado las estafas a personas mayores se han incrementado en un 49% en el 2018 respecto a los datos del año anterior.
A pesar de este incremento muchos de los casos que suceden o bien no llegan a denunciarse o en el caso de que si se realice una denuncia, ésta no llega a judicializarse y por lo tanto no se impone ningún castigo. Las personas mayores pueden sufrir estos delitos en la calle o bien dentro de sus hogares.
Por eso es muy importante estar bien informados/as de los tipos de robos o estafas más comunes para poder evitarlos y además si acaba ocurriendo o sabemos de alguien que lo haya sufrido hemos de denunciarlo inmediatamente a la Policía.
A continuación presentamos algunos de estos robos y estafas:
- Revisiones de los servicios del hogar (luz, gas, telefonía): las personas estafadoras se presentan en el domicilio de la posible víctima alegando una revisión rutinaria de alguno de estos suministros. Después de realizar algún trabajo técnico simple presentan una factura para cobrar en el momento y en efectivo, además de aprovechar alguna distracción de la víctima para hurtar objetos de valor que se encuentren a la vista. Si se presenta algún tipo de problema pueden darse situaciones de violencia o intimidación.
- Llamadas telefónicas de empresas reconocidas: suelen llamar para verificar datos personales de la contratación del servicio o para comprobar el buen estado del mismo. Consiguen tener todos los datos de las personas mayores incluso sus datos bancarios con los que pueden realizar cualquier operación.
- El familiar en apuros: la persona estafadora se sitúa cerca de un grupo de personas mayores y escucha sus conversaciones de manera que va obteniendo datos personales. Cuando tiene información suficiente se presenta ante su víctima como sobrino, primo u otro familiar lejano diciendo nombres reales de la familia. Le cuenta que está en problemas y le pide dinero, acompañándolo al cajero automático o a su casa.
- Timo del santero y los productos milagrosos: el santero se gana la confianza de la víctima a lo largo de diferentes encuentros y consigue venderle productos milagrosos y, en casos más graves, apropiarse de su patrimonio, todo por tener dicha y buena suerte.
- Regalos y premios del tipo “solamente por venir, se llevará un regalo”: existen sesiones informativas sobre viajes, excursiones y productos diversos en los que detrás del regalo hay ventas encubiertas que motivan a las personas mayores a comprar cosas sin necesidad.
- Recogida de donaciones: las personas estafadoras suelen colocarse a la salida de las iglesias o cerca de centros de jubilados y piden donaciones para causas benéficas, a veces sin ser del todo específicas, y acreditadas con fotografías, carteles y panfletos.
- Estafa del funeral: hay personas que se dedican a leer las esquelas de los diarios para presentarse en los funerales, detectar la persona viuda, recopilar un mínimo de información de la persona fallecida y su entorno para, posteriormente, reclamar un pago pendiente a su favor.
- El falso abogado o falso policía: recientemente se ha detectado un incremento de este tipo de estafa que consiste en llamar a la víctima y ponerla en estado de shock avisándole que su hijo/a conduciendo con el coche ha herido gravemente a un peatón, que se encuentra retenido/a y que solo saldrá si se entrega una gran cantidad de dinero en efectivo. Al estar en shock, la víctima es la primera en dar el nombre de su familiar, comparte la cantidad de dinero que tiene en efectivo en casa, la que tiene en el banco y los estafadores le facilitan hasta un taxi para poder realizar la gestión más rápidamente.
- La estafa del notario: cuando personas mayores buscan asesorarse sobre sus bienes inmuebles y estos falsos profesionales modifican los documentos de manera que las propiedades dejan de ser de ellos y llegan a perder su domicilio.
- Robos pequeños pero a largo plazo: cuando una persona mayor no tiene familiares o éstos no se hacen cargo de su cuidado, se dan situaciones en las que sus cuidadores poco a poco se van llevando dinero y objetos de la casa. De manera que no es perceptible en un primer momento pero a la larga es una gran suma de dinero, además del posible uso fraudulento de las cartillas de ahorros y tarjetas si también se hacen cargo de los pagos del hogar.
¿Cómo estar prevenidos/as?
Es primordial estar informados/as de los tipos de estafas que se dan en la actualidad y denunciar cualquier situación en la que una víctima crea haber sido estafada. Además de prevenir posibles situaciones de riesgo teniendo en cuenta las siguientes recomendaciones:- No abrir la puerta de desconocidos, aunque parezcan empleados oficiales ya que éstos siempre vendrán con un aviso previo.
- Si vive solo/a, escriba también el nombre de otra persona en su placa del buzón aunque sea un nombre ficticio para mostrar que es una casa con dos personas. Además puede escribir solamente las iniciales en lugar del nombre completo, para no dar pistas sobre su sexo, sobre todo cuando se trata de una mujer.
- No llevar grandes cantidades de dinero encima, usar los cajeros automáticos de dentro de las oficinas y si no es posible hacerlo en un lugar no muy solitario.
- No sacar la pensión siempre el mismo día del mes y a la misma hora, para no ser una posible víctima de acciones rutinarias. Y a ser posible, no sacar todo el dinero de golpe, mejor de forma escalonada.
- No hay que creer en las gangas y hemos de ser capaces de decir “¡No me interesa!” cuando nos ofrezcan descuentos, rebajas y regalos.
- No revelar información personal por teléfono a no ser que esté muy seguro/a de quién es la persona receptora de esa información.
- Aquellos mayores que usen internet no deben compartir información bancaria ni abrir archivos de origen desconocido que podrían propiciar un control remoto del ordenador y obtener toda la información que éste contiene.
- Tener siempre a mano los números de teléfono de la Policía Nacional (091), la Guardia Civil (062) o las policías autonómicas en caso de robo o estafa.