El método de validación se utiliza con personas con demencia y se basa en la empatía con la persona enferma.
Una persona con demencia se ve inmersa en los recuerdos de su vida. Su mente le hace creer que está en esa situación y vuelve a revivir todo, ya sean recuerdos felices o amargos.
Cuando los recuerdos revividos sean infelices, la/el profesional debe mostrarse cercano y atento, para demostrar a la otra persona que está siendo escuchada y entendida, en definitiva, que no está sola.
La persona nos puede confundir con alguien de su familia o creerse que algún familiar los va a venir a buscar. No debemos contradecirles ya que ellos están felices creyendo que cierta persona va a venir.
Si le decimos a esa persona que no somos quien ellos creen, le sentará mal y se sentirá fatal consigo mismo. Por lo tanto, es mejor creerse lo que dice y entrar en su realidad.
Ante comportamientos extraños debemos permanecer atentos para intentar comprender porqué se comporta así, ya que puede que tenga una explicación.
Este método se basa en la empatía con las personas, el humanismo, en la comunicación continua y en la observación, que ayudan a mejorar la comunicación y a mantener la relación.
La validación permite tener más conocimientos sobre la vida de la persona y de ella en general. Es bueno que hablen de sus infancias y sus vidas para trabajar la reminiscencia y saber que temas puede la persona profesional tocar y cuáles no.
Aunque no hay pruebas de que este método de validación tenga conclusiones sobre la funcionalidad con personas con demencia o deterioro cognitivo, es muy cercana y humanizante, además de que se involucra mucho con la/el usuaria/o.
Desde SeniorDomo mantenemos la firme idea de que las personas mayores deben seguir activas física, mental y socialmente.
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